viernes, 6 de septiembre de 2013

BUSCANDO AMOR



Hola amada mía, hola niña que habitas en mi corazón y en el corazón de cada persona enamorada. 

Sí; sé que eres esquiva, sé que miras el mundo desde un círculo mágico y abundante de colores. 

Sé que de noche te gusta sentarte sobre las rocas del mar a contar tus cabellos plateados, también sé que un osito travieso habita en tus entrañas y sueles cantar tus poemas a la sombra que rodea tu cuerpo. 

Sé que cada domingo sueles mirar las estrellas en el firmamento estelar, sé que cuando duermes tu cuerpo arroja un perfume que enloquece a los hombres. Sé que eres tierna, cariñosa, gentil, delicada, alegre, pero también fría como el hielo, llorona y romántica.

Una vez le dijiste a mi corazón que tu alma no tenía dueño. Una vez te evaporaste de mi lado y durante todos los años que pase recorriendo el mundo en busca de tu olor nunca te dejaste ver: tú me viste, divertida, gastar veinte zapatos andando por todos los rincones de la tierra, preguntando a cada persona que hallaba en mi camino por ti, y tú te reías, me lo confesaste años después. 

Te reías porque entendiste, llorando, que te amaba.

Yo te amo, pero te amo a mi manera, mi cielo, me dijiste con tu voz cavernosa, no lo dudes, y si lo dudas, entonces mi amor se acabará. 

Sólo puedo amarte si crees en mi amor. Sólo puedo estar a tu lado si tu vida la dedicas enteramente a mí. No puedo amarte si me compartes. No puedo amarte si me haces a un lado. Pero te amo por la sencilla razón que tu amor es mi alimento. Te amo, mi amor, te amo.

Ella se abrió la camisa y una luz me cegó los ojos. Cuando pude ver, ella ya no estaba a mi lado.

Para la mujer que nos estremece los dias, muy dentro de nosotros. 

UN SALUDO 
JOTA GELDRES