miércoles, 9 de abril de 2014

¿RECUERDAS TU NIÑEZ?



El amor y el odio. La amistad y la enemistad. La verdad y la mentira.

Hoy deseo ser un niño y escribir como un niño. Soy un niño que juega en su colegio, que en el recreo saca su trompo y dice: “ya muchachos, ¿jugamos?”. Todavía puedo ver mi colegio, María del Carmen, chiquito, con dos patios, uno donde diariamente hacemos la formación y el director, (un gordo panzón, cara de sapo) dice unas palabras y nos habla de los valores, de la disciplina y mientras habla el sol nos da sobre las cabezas y mis ojos no escuchan al director, sino que se posan en una alumna de quinto, tres años más que yo, que el otro día mientras jugaba en el patio pelota con mis amigos le oí decirle a sus amigas: “se parece a mi ex”, señalando hacía mi, “si fuera más grande, les juro que me lo chaparía”. Y no sé porque desde ese día no puedo dejar de mirar a esa alumna, es algo raro, pero eso me sucede. 

Ahora mismo, el director a invitado a hablar a la maestra de religión, una señora flaca, de cuello largo, con caminada de pato, yo siempre la asocio a ella con un pato o un avestruz, siempre me gusta asociar a la gente con algún animal. De verdad, yo creo que todos nos parecemos a algún animal. 
Mientras la profesora habla y habla en la formación, Pedro, mi compañero de salón, le da un manaso a Juancito, el más tonto de la clase. Y Juancito volta con cara de no saber que ocurre y todos atrás de él estallan en carcajadas. No me gusta decirlo, me da un poco de pena, pero es la verdad, tiene cara de ser un idiota, pareciera que dijera, “ven, sí, tú, ven y patéame” y eso mismo parecen entender los demás porque siempre lo están agarrando a patadas. No me gusta que sean abusivos, porque mi mamá me ha dicho que el abuso no es bueno. Pero debo confesarlo, antes yo también era abusivo, me gustaba bromear a todo el mundo, joder a todo el mundo, y de preferencia me enfrentaba a los mas jodidos y si los vencía o nos dábamos parejo, pues entonces todos me respetaban y a partir de ahí era fácil joder a cualquiera. Ahora ya no soy así, creo que en parte es por mi mamá. Quiero mucho a mi mamá.

Ahora han invitado a una alumna a decir la oración: el padre nuestro y el ave maría. Esa alumna es la consentida de la profesora de religión, yo sospecho que es su hija o su sobrina, lo sospecho porque también es flaca, con el cuello largo y camina como pato. Por un instante me imaginó que en vez de hablar dice cua cua y me río solito. “Métele una patada a Juancito”, me susurra al oído Pedro. “Mierda, deja de joderlo o te agarro a patadas a ti”, le contesto. Pedro pone cara de confundido. Ahora la alumna de quinto me esta mirando y le susurra algo a su amiga de al lado. Se ríen entre ellas y no sé porque me sonrojo. Carajo, es raro todo esto.

Bueno, ahora mismo todo se borra y me veo una semana después, peleándome con Pedro. Él se me viene encima, es más grande y más pesado que yo, pero yo le digo que es un gordo miedoso y le digo voy a agarrar tres agujas y te voy a reventar gordo miedoso. Le sigo diciendo que voy a hacer chanchito al horno con el y todos se ríen. Pedro se pone nervioso y yo aprovecho para darle una patada entre las piernas y Pedro se cae al piso, agarrándose la entre pierna y yo le digo: “Te lo advertí, te dije que no lo jodas, a la próxima te va peor, gordo miedoso” y me voy, con el corazón golpeándome el pecho, porque yo creí que Pedro me iba a masacrar, me iba aplastar, tenia todo para hacerlo, pero lo vencí. 

Y desde ese día Juancito me agradece, todos los días en el recreo me invita algo, y es que ya nadie lo molesta y desde entonces se vuelve mi amigo. Y lo más raro es que me siento bien, no siento remordimiento de haberle pegado a Pedro, porque hice lo que mi mamá me aconsejó: Siempre hay que ayudar a un compañero en problemas.


 UN SALUDO
JOTA GELDRES

Pos data:

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy divertido :) cosas que suceden en el cole

Unknown dijo...

Esa es la idea. Hacerlo todo de manera divertida. Y el cole siempre es fuente constante de anecdotas muy, pero muy, divertidas.